Descripción
El nudo que nunca se deshace, la unión eterna. Simboliza la comunión de las almas de los enamorados más allá del tiempo y del espacio. Es intercambiado por los amantes en las bodas celtas en señal de su amor, con el deseo de que su relación sobreviva a todos los avatares y dure para siempre. La tradición dice que el nudo perenne evita que el amor sufra los desgastes del tiempo.
Representa el complemento, el apoyo y la fusión con la pareja. Es uno de los símbolos más bellos de nuestra cultura.
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